01 febrero 2010

Agárrame si no se la parto

¿No te ha pasado que estás leyendo algo, llega alguien, observa lo que lees y te dice algo como: por qué lees esto, ese libro está bueno o cualquier otra cosa similar?

Una vez en el trabajo, leía La Jornada, y un compañero llegó y dijo: ¿Lees La Jornada, macuarro? ¿Te gusta andar de grillero?. No dije nada. Luego llevé El Universal y nadie dijo nada, solo algunos lo tomaban para ver la sección de empleos y esas cosas; otro día fue Milenio lo que compré y hubo comentarios sobre que es un periódico vendido, que puro Televisa está ahí. Igualmente, no dije nada.

Me ha tocado ver cómo han sido discriminados varios jóvenes, por leer El Señor de los Anillos¸ Harry Potter, el par de Quiúvoles, las series de Dan Brown y recientemente la serie de vampiros de Stephanie Meyer. Los comentarios van desde: ¿y está bueno? Hasta ¿Qué porquería lees? Claro, los curiosos y los criticones.

Luego pensé en una entrada que leí hace poco donde se comenta la estadística de que un mexicano lee al año 2.8 libros y que ya parece que el que está siendo encuestado va a responder a la pregunta (¿cuántos libros lee al año?) con un: Leo 2.8 libros al año, señor encuestador. Y sacaba a conclusión que obviamente no te contestarán eso pero que sí hay un rezago, una apatía y una falta de cultura en general en todo el país. Pero con todo esto: ¿todavía nos atrevemos a juzgar a quienes leen hasta un cómic?

Mi afición a la lectura comenzó por eso, por leer cómics; gringos, pero cómics aunque sea ¿no? Y cuando iba a comprarlos ahí al famosito local del pasaje Pino Suárez (porque no conocía otro lugar), de regreso en el metro, no faltaba el señor que se me quedaba viendo raro, o al cómic, como diciendo que qué mierda es eso que lee ese chamaco, qué va saber él de buena lectura.

Luego me fui acercando a novelas clásicas, (lo sigo haciendo) y mi desahogo de frustraciones se ha manifestado en sentarme a leer no críticamente, a escribir inexpertamente (aunque no sé quienes deciden que alguien que escribe sea experto o no, otra cosa que me parece un elitismo cultural), a preguntar a quienes saben lo que no sé y a investigar en internet cosas que reparen en mi ocio.

Otro tipo de juez, es aquél que lee algo de un tema y ya dice saberlo todo y presume de una obra que ha conseguido, leído o admirado y se la pasa profesando sobre lo mismo aunque haya alguien que pueda refutar su teoría con argumentos mejores y sólidos. Lo he calificado como: El Juez Fantoche. Y bueno, solo pocos pueden salir de ese universo que se han creado.

Hasta este punto, ¿no les ha pasado algo similar? ¿de verdad? ¿y no te caga que te vengan a juzgar?... Carajo ¿no? A la chingada todos los que no sirvan para ayudarte, para dejarte esa curiosidad o para guiarte de algún modo.

A lo que voy con todo esto es: Está bien, dime lo que piensas, pero no me juzgues o si quieres mostrarme algo mejor, ¡muéstramelo! ¡Sácame de mi ignorancia y elévame a la tuya!

Aunque para todo esto también hay paradojas:

Regresaba de ver un partido de los Pumas en C.U. y al América en el estadio Azteca a las 12 y 16 hrs respectivamente que fueron los eventos. Regresaba en la línea dos del metro y se subió un tipo a intentar hacer una representación del cuento Doña Truhana, que para quienes no conocen, resumo: Es una mujer "pobretona" que un día va caminando con una olla grande en la cabeza rellena de miel y va con la idea fija de venderla y de que le van a comprar y que con esas ganancias podrá hacer una vida plena llena de felicidad, fortuna, hijos, yernos, nueras, nietos y demás. Total, para no hacerla más cansada, la mujer va imaginando todas esas cosas y va riendo feliz de la vida, cuando por la agitación se le cae la olla y todo se convierte en amargura y frustración.

Después de tal representación con ademanes y gestos, el tipo comenzó a dar cátedra sobre su situación y ya saben: Si gustan cooperar… Y si le dabas unas monedas te regalaba una hoja con el cuento de la señora ésta. Luego ofreció un DVD que tenía una interminable lista de autores y obras clásicas completas, todo para ser leído en la computadora a solo $20. Y caminó por el pasillo, ofreciendo. Pensé en comprarlo pero me negué porque me gusta más tener los libros de papel, que se tocan, se huelen y se llevan a todas partes que andar con un disco leyendo en computadora donde se me hace, la verdad, más cansado para mi alegre vista.

El tipo notó que nadie le compraba y/o ni siquiera mostraba alguna duda o intención en el rostro o en los bolsillos. Pensé: Pues qué querías mano, aquí todos compran solamente canciones de la barriada y cosas así. Creo que es buena tu idea, pero hace ya muchos pero muchos años que la literatura universal clásica dejo de vender en este país. Comprendí su molestia; pero lo que no me gustó fue que después se puso a dar lecciones de vida: Mira qué curioso, decía, los mismos que están quejándose de la inseguridad, del desempleo, de la mierda que nos avienta todo el tiempo el gobierno, los mismos que están mejor educación para todos son los mismos que hoy están aquí y no apoyan, órale ¿eh? Órale, va, gracias. Y lanzando la mirada a un joven que traía su camiseta del América, se despidió diciendo: Ahí sigan viendo el futbol.

¿Qué carajos dices, imbécil? Pensé. ¿Quería decir que por ver el futból me haré imbécil? ¿Qué si le compro entonces hago algo bueno y si no soy idiota o ignorante? ¿Que en vez de quejarme, le compre literatura virtual de dudosa ortografía?

Me cae que ya no entiendo. La verdad, me molesté muchísimo por ese comentario y un chavo que estaba en frente de mi también se molestó y comentaba con su novia sobre su trabajo y su esfuerzo por estudiar para no estar en la situación del tipo que había subido anteriormente. Y bueno, yo, qué decir, me gusta el futból, soy bien fanático y no dejo de buscar cultivarme y viene un idiota perdido de la sociedad a querer juzgarme. ¿A qué nivel está el juicio? ¿al nivel de un maestro en algo que por leer la jornada te juzga o al de un tipo que por azares o convicción vive en una situación de calle y que también, sin más, te juzga? ¿o hay que ser lectores fanáticos del futból, domingueros (como yo) y esconderse ante las máximas de los seudo-intelectuales e intelectuales que ponen a la televisión, al futból y al gobierno como los principales causantes del rezago educativo y cultural que hacen que las estadísticas salgan con su 2.8 libros leídos por un mexicano al año? Y también están los chavos fanáticos de las series en libro de moda que luego se transforman en película que también son juzgados, como decía anteriormente. Bueno, entonces ¿qué es lo que quieren o se quiere o queremos? Que si los jóvenes no leen están mal, que si leen la saga de vampiros están locos… ¡Ta madre! ¿Quién entiende a los que nos imponen?

Mi grito es, en esta entrada: ¡Déjenos en paz o condúzcanos! Comprendan que al final, cada cabeza decide y que no se sabe cuándo se puede alentar o frenar a algún joven con sus juicios tajantes, engreídos y con un sentido de falsa superioridad.

Dedicado a quienes se sienten la enciclopedia andando por haber leído un par de novelitas, a quienes juzgan sin conocer a las personas, a los que han pensado en hacer "comentarios" malos a los chavales que andan de fans de series de moda, a quienes con ello, han frustrado a muchos otros, incontables, chavos en edad curiosa (que poca madre, la verdad), y a quien le quede el saco. Ultimadamente ¿no?

Y vuelvan a hacerme enojar...

Es más, ya me prendí…

Agárrame, si no se la parto…

Agárrame chi…

Agarr…