19 agosto 2010

¿Usted qué opina?

Una compañera, que por un momento imaginaré que no es tan necia como es, comentaba en un curso sobre valores sobre una situación: si tú estuvieras frente a una persona que te tiene cautivo y la única forma de escapar y salvar la vida es matándolo con un arma que encuentras y puedes usar en ese momento ¿le asesinarías? Ella respondía que no porque hay que preservar la vida y que la vida es algo único y muy valioso. Así fue en pocas palabras.

Hoy llego cuando la conversación habla de los presos en las cárceles de México y sobre garantías individuales violadas, cosas que no suceden, gracias a Dios, en nuestro país y que son puro cuento. Total, la misma compañera comentaba que si alguien cometiera un delito atroz, lo justo sería que pasara sufriendo lo que sufren los presos en estás prisiones: violaciones, golpizas, extorsiones, etcétera.

¿La compañera que no mataría a su captor aunque fuera su única opción para sobrevivir prefiere que los delincuentes sufran?

Le pregunté y se quedó aturdida en su consciencia. Lo malo es que es fanática del bien religioso católico y de un sentido de maternidad tan animal pero que con palabras se transforma en humano y ella lo transforma en divino y único.

En fin, ¿usted qué opina?

Hoy

Las sesiones en el Colegio son interesantes. El otro día tuve que ir con Hugo a una sesión donde descubrí mi codependencia. Hoy estuve con el Dr. Escolar y salió con que no como bien. Estas sesiones o quieren hacerme mejorar o quieren hacerme pedazos.

Llevo 3 días sin fumar.

Espacio al Sevicio del Pensamiento

Últimamente no he encontrado inspiración para mi Blog. A veces quiero eliminarlo por eso, pero de repente, cuando eso mismo me pasa en algunas situaciones de la vida cotidiana, regreso a lo que una vez me dio el gusto por crear, en este caso, el blog. Recuerdo que de título le puse: "Espacio al Servicio del Pensamiento". Y sin mucha objetividad o idea, cosa que sigo sin tener, me puse a escribir con la intención de ofrecer cosas inteligentes o cosas que hicieran reflexionar. Pronto escribiré cosas al respecto. Gracias. Sigo sin permitir comentarios y fuera de Hablando Ando... No celebré aniversario del Blog...buuu!!

Regresando...

Bueno, hace tiempo que no escribo directamente en el editor de Blogger, espero que me justifique el texto y me de los espacios entre párrafos que quiero, porque la verdad me da flojera andar poniendo tanto código para cada cosita. Yo creo por eso he abandonado el blog tanto. No lo sé. Esta bien todo. Si. Emmm... No sé

14 agosto 2010

Onda Café

Ayer fue la segunda fecha que toqué en el "Onda Café". La verdad, por primera vez me divertí tocando en un lugar así. He tocado en varios lugares, toqué en el "Evelia Reyes", toqué en la explanada de la E.S.T. 86 varias veces con el grupo Arte Nativo, cuando era yo todo un rebelde, toqué en el Zócalo, en el centro de Tlalpan, y creo que ya… ahora tocó esta cafetería.

La semana pasada toqué con el Alejo. Ahora me tocó sólo porque aquél tipo nunca vino a ensayar durante la semana, bueno… ¿qué podía esperar de él? En fin, me gustó, aunque sé que no soy el profesional que muchos quisieran ni el comerciante de la música que muchos me presionan a ser. No entiende esa gente lo que es la música para mí.

Gerardo se reía cuando veía que yo no pedía propina durante la primera tocada… ¿Qué, me vas a decir que tocas por "amor al arte"? ja, ja, ja, se reía. Y sí, toco porque me gusta, no porque tenga la necesidad económica de hacerlo.

A pesar de todo, confirmo que por ello, porque para la mí la música es algo altruista, no me gusta ir a tocar por dinero, no quiero volver a tocar ahí ni en ningún otro lado porque me contraten o algo. Lo siento, no me gusta del todo. Agradezco a todos los amigos que fueron estas dos fechas, la primera estuvo más llenita que la segunda pero igual fue divertido con todo y las fallas técnicas que tuvimos.

También toque alguna vez en la vocacional que está saliendo del metro Popotla, no recuerdo qué número sea pero ahí fui invitado a un taller de Filosofía por un amigo y tocamos unas canciones de Silvio, según los expertos de ahí, muy profundas, jajajaja, la verdad es que yo en aquellos tiempos solamente ponía atención sobre Michelle, pero esa es otra historia.

Adiós.

10 agosto 2010

DISCURSO DEL RECTOR DE LA UNAM, JUAN RAMÓN DE LA FUENTE, DURANTE LA ENTREGA DE UN RECONOCIMIENTO QUE LE HIZO EL COLEGIO DE MÉXICO

Ciudad de México

Agosto 23 de 2007

Agradezco a El Colegio de México y a su presidente, Javier Garciadiego, este reconocimiento que hoy me han ofrecido. Lo acepto a nombre de la comunidad universitaria, es un reconocimiento para la UNAM. Tengo el privilegio de ser el conducto de recibirlo, pero asó entiendo y así me lo llevo, como una expresión fraternal de la comunidad de El Colegio de México a la comunidad de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Junto con el doctor Latapí, recibir un reconocimiento al mismo tiempo que él es para cualquiera un doble honor, para mí como colega universitario de él también me parece que refleja, como bien lo ha dicho el doctor Garciadiego, una figura cuya obra es simple y sencillamente indispensable para entender el contexto actual de la educación en México.

Se me ha pedido que haga algunas reflexiones sobre el presente y el futuro de la universidad. Me ha parecido oportuno enmarcar la reunión, hablar de lo que a mi juicio representan los cuatro ejes en lo que tenemos que analizar el presente y el futuro de la universidad de México.

El primero tiene que ver con el problema de la cobertura, inescapable en cualquier análisis.

La cobertura de la educación universitaria en México es inequitativa e insuficiente y hay que reconocerlo; inequitativa en su acceso, inequitativa en la capacidad que tienen los estudiantes de permanecer en ella, e insuficiente a todas luces porque la dinámica poblacional nos ha ido rebasando, año con año, y lo seguirá haciendo durante los próximos diez años por lo menos, en tanto que la oferta no crezca, si no de manera proporcional a la demanda por lo menos en una porción.

La verdad de las cosas es que tener una cobertura de un 23 o 24 por ciento, y no peleo por una décima. A lo mejor al rato nos dice Rodolfo Tuirán que ya estamos en 25 por ciento; da lo mismo. El problema es que menos de cada siete jóvenes en edad de tener acceso a la educación superior en México tienen acceso a ella, y desde luego esto nos lleva a la pregunta; y dónde están; si no están en el sistema educativo una mala noticia es que muchos de estos jóvenes forman parte de estos migrantes que el país expulsa año tras año.

Ha cambiado mucho la configuración de los migrantes, como aquí lo han analizado y estudiado; pero una característica que preocupa es que se está yendo cada vez población más joven y cada vez población con mayor grado de escolaridad.

El año pasado se fueron de México 520 mil connacionales y se murieron 485 mil personas. Creo que un país que expulsa más gente de la que se muere es un país que tiene un problema interno, estructural, real. Igual creo que la falta de acceso a la educación contribuye, entre muchos otros factores, a ello.

Los países más avanzados, los que realmente están en la sociedad del conocimiento, los países del norte de Europa, por ejemplo, tienen tasas de escolaridad impresionantes. Más del 30 por ciento en varios de los países escandinavos han concluido la educación terciaria, en México solo el trece por ciento.

El problema de la cobertura es un problema real que tenemos que atender, que hemos venido postergando, que se ha ido medio sobre llevando con soluciones coyunturales, fundamentalmente a costa de un crecimiento en la educación superior en el sector privado de calidad variable, casi siempre mala y vistas la mayoría de estas escuelas como negocio y claro, funcionan porque hay demanda, si no, no funcionarían.

Son negocio, y me pregunto una y otra vez, no para echarle todas las culpas al gobierno en turno, no, pero sí me pregunto una y otra vez, y dónde está el Estado mexicano, y dónde ha estado el Estado mexicano, y si el Estado mexicano no va a asumir sus responsabilidades educativa, en materia de salud, en materia de seguridad, para qué queremos un Estado.

De manera que hay que reconocer que aquí hay un problema que tenemos que atacar de una manera, a mi juicio, mucho más radical, profunda, que podamos encontrar en los próximos años una mejor cobertura.

El siguiente eje es la calidad. Desde luego, de nada nos sirve tener mayor cobertura si no tenemos calidad. En México el problema es complejo, particularmente complejo. Visto en el contexto nacional, instituciones pequeñas de buena calidad son importantes para los estudiantes que están en esas escuelas, pero a nivel nacional la verdad es que pintan poco. Necesitamos universidades muchas, grandes y de buena calidad. El reto es el doble.

Tenemos que conjugar calidad y cantidad. Ese es el reto del país. De nada nos sirve tampoco tener una gran cobertura de mala calidad, y creo que aquí, si me permiten, la UNAM ha dado una buena lección en estos últimos años. Sí es posible conjugar calidad y cantidad. Atrás quedó el mito de que las universidades masivas eran de mala calidad y las pequeñas eran de buena calidad, o que las universidades públicas eran de mala calidad, y las privadas de buena calidad; no es cierto. No hay un solo dato que lo sustente. Hay instituciones públicas malas y buenas, hay instituciones privadas buenas y malas, y pequeñas buenas y malas.

En un país como México decía, donde tenemos un problema de cobertura, necesitamos mostrar que las universidades públicas, masivas, pueden ser de buena calidad. Ese es uno de los retos que asumí cuando llegué a la Rectoría de la Universidad.

Tenemos que probar que la ecuación es descifrable, porque es más fácil escudarse siempre, decir: es que es tan masiva la institución que no puede ser buena. Es más complejo el trabajo pero se puede lograr y a mí me da mucho gusto que una y otra vez en las diversas evaluaciones internacionales que han hecho, la UNAM es una universidad orgullosamente pública, laica, de masas, popular, y es la mejor evaluada en México, en Latinoamérica y en Iberoamérica.

A diferencia en las viejas evaluaciones, que son considerables, quiero decir que sí se puede, que necesitamos fortalecer la Red de Universidades Públicas de México, y que en lugar de tener una universidad entra las cien mejores, deberíamos aspirar a que en los próximos diez años tuviéramos por lo menos meda docena de universidades entre las cien mejores del mundo. Eso lo vería como una política de Estado, con propósito, con objetivos, con un rumbo que puede redefinirse y creo que es una meta alcanzable.

Concluiría diciendo que la calidad es un problema real. En estos momentos, si lo tuviera que describir con una sola palabra, diría es heterogénea, conviven, convivimos buenas y malas universidades, y dentro de las mismas universidades coexisten buenos y malos programas, la UNAM incluida.

Esto es parte también del panorama; es heterogéneo, es complejo. Llama poderosamente la atención que en todas estas evaluaciones –las hagan en Shangai, las hagan en Londres, las hagan en Madrid– invariablemente las primeras 20 universidades mejor evaluadas son norteamericanas.

Esto me lleva al tercer eje que quería comentar con ustedes, que es el asunto del financiamiento. Las asimetrías son verdaderamente impresionantes. Harvard, que cuando no está en primer lugar está en segundo y protesta, tiene un fondo patrimonial de 30 mil millones de dólares para atender a 21 mil estudiantes.

El MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) está ejerciendo este año seis mil 800 millones de euros en investigación para sus mil 200 laboratorios, y hoy tiene un fondo patrimonial de 18 mil millones. Es algo por el estilo, pero sólo tiene siete mil estudiantes.

Esas son las asimetrías en que tenemos que implicarnos, y con las que tenemos que contender, pero además de los recursos propios de las universidades norteamericanas ricas, reciben recursos del Estado.

El Estado norteamericano el año pasado dio a las universidades 50 mil millones de dólares, y aún así están preocupados.

Hay que leer el informe de la secretaria de educación norteamericana, Margaret Spellings, un informe interesante en donde están preocupados porque a pesar de todos estos esfuerzos, Estados Unidos el año pasado solamente graduó a 80 mil ingenieros, comparados con los 350 mil que se graduaron en India y los caso 600 mil que se graduaron en China.

Dice la secretaria Spellings en su informe: las inversiones irán a donde estén los ingenieros y los científicos; si están en Singapur, irán a Singapur; si están en Shangai, irán a Shangai, ahí van a llegar los recursos de las inversiones que ya dejaron atrás los mercados inmobiliarios y las casas de bolsa, y que se han dado cuenta que las verdaderas inversiones, las que son realmente rentables, las de la economía del conocimiento, están en las empresas de bases tecnológicas.

Con esa riqueza, con esos recursos, "ranqueando" alto, si me permiten la palabra, en las evaluaciones internacionales hay preocupación por parte del gobierno norteamericano y dicen no, si Estados Unidos fue poderoso el siglo pasado, fue por sus universidades y ahora nuestras universidades enfrentan retos y desafíos que no nos garantizan que vamos a mantener el liderazgo.

La preocupación está en todas las latitudes, está en Asia, está en Europa, está en los consorcios comerciales, y en mi país honradamente la veo más limitada a la retórica oficial que a los programas específicos.

El problema del financiamiento en uno de los más graves que enfrenta la educación superior en todo el mundo. Creo que a pesar de las limitaciones de los países en sus economías, unas crecen más, otras crecen menos, ésta sí es una definición política; es o no es prioritaria la educación en México, y si es prioritaria dónde están los compromisos expresados cabalmente en términos de recursos y de programas. Así de sencillo.

Lo que me parece que no puede ser es pensar que vamos avanzando cuando en realidad no vamos avanzando, porque son avances relativos, porque otros países avanzan más rápido que nosotros. Durante los últimos años escuchamos una y otra vez que la economía mexicana venía creciendo al 3 por ciento, al 3.2, que ahí veníamos, pues sí, nada más que en el año 2000 éramos la novena economía y ahora somos la decimoquinta. Es decir, crecimos o no crecimos; pues crecimos menos que otros, de eso no hay duda, y creo que la globalización nos obliga a tener parámetros internacionales de referencia. Ese es el asunto.

Tenemos que estar en constante comparación, estas asimetrías que les he dicho y muchos otros factores en los que no quiero en este momento incursionar.

Finalmente, para concluir diría que el cuarto eje, a mi juicio fundamental, tiene que estar presente en el análisis actual futuro de las universidades: es este factor de pertinencia, de si estamos formando los recursos humanos que se requieren o no.

Cuando uno se asoma a las universidades europeas y ve los nuevos planes y programas de estudio, se queda asombrado de la variedad y cantidad de las nuevas carreras que han generado en los últimos años. Hasta los títulos cuesta a veces trabajo leer de corrido, hay toda una innovación curricular y creo que aquí también la universidad de México en general se ha quedado a la zaga, seguimos formando los cuadros tradicionales.

También, debo decir, a mí me da mucha satisfacción haber podido, en estos últimos años, modernizar algunas de las currículas de la Universidad y generar nuevas carreras: Desarrollo de zonas costeras, Gestión intercultural, Ciencias genómicas, en fin, hay una adopción afortunada de nuevas carreras, pero si uno revisa la oferta educativa de las universidades en México, salvo contadas excepciones sigue siendo tradicional, inercial, reiterativa.

Creo que tenemos que analizar este sentido de pertinencia, que es lo que estamos haciendo, para adecuarnos mejor a los tiempos futuros y en eso sí quisiera, para concluir, transmitirles también una convicción que tengo cada vez más acentuada en mi manera de ver la educación universitaria en México.

No podemos ver la pertinencia de la universidad solamente sobre la base de las demandas o las modas de los mercados, este sería un error gravísimo, si dejamos, si pensamos que la pertinencia la van a dictar los mercados, nos van a imponer la agenda. Creo que la educación es uno de los últimos diques que no se ha sometido dócilmente a las leyes del lucro mayor. Gravísimo error sería hacerlo.

México necesita aquí, por supuesto, ingenieros, como los que dice Margaret Spellings, científicos, nuevas carreras, cada vez más sustentadas en desarrollos tecnológicos, pero sigo pensando y estoy absolutamente convencido que al lado de ellos México sigue necesitando filósofos, poetas y directores de teatro, y científicos sociales.

Esas disciplinas, las humanidades y las ciencias sociales, requieren urgentemente de un renovado apoyo en el contexto nacional, porque han surgido gradualmente desplazadas por otras que solamente tienen, en el mejor de los casos, una mínima expresión en las coyunturas actuales de los mercados laborales.

Muchas gracias.