30 marzo 2010

Aquí sigo

Bueno, hoy fue un día agradable. Me dio por volver a escribir aquí, ya que no sé lo que haré durante todas las vacaciones. Esta bueno eso de estar en el x-box y en la computadora, pero ¿todo el tiempo? No, me aburro. Luego, no tengo con quien ir a jugar futbol y para acabar ando adolorido del lunes que fui a eso. Aunque fue bueno también por qué me encontré con Jaka y su hijo que ya habla sin parar y que es un desmadre. Quién iba a pensar.

En fin, aquí estoy, no con muchas ideas como se puede notar, pero de regreso.

13 marzo 2010

Es tiempo de seguir.

Y para concluir, perder dos veces seguidas contra un jugador al que le he ganado un 99% de las veces que hemos jugado. Por primera vez pierdo dos consecutivas contra él. De manera estúpida. Ahí me di cuenta:

Es tiempo de seguir.

05 marzo 2010

Nos vemos…

Un olor a cemento, clavos y suela…

Subir las escaleras de madera y ver por el barandal el techo de lámina de enfrente las lagartijas. Solo mirarlas.

Después comenzaba a jugar con el imán en el cuarto-taller en la parte de arriba de la casa. De repente preguntaba cosas, ¿para qué esto, lo otro? Y siempre tuve respuestas. Y como a las diez tal vez, o un poco antes, el llamado a desayunar. ¿Qué va a ser de desayunar? Yo preguntaba a veces y la respuesta siempre era la misma: ¡Lo que haya! Me decía con voz enérgica y firme. Realmente, como que sentía un gusto en saber que lo que hubiera comería y quería escucharlo, por eso lo provocaba, además nunca tuve problema con lo que hubiera para almorzar, comer o cenar.

Una taza grande de café negro recién preparado, un desayuno tranquilo, en silencio, soleado, lleno de plantas, un carro oxidado y viejo con tortillas puestas a secar sobre la lona que lo cubría, las hojas secas del árbol inmenso en ese pedazo tan pequeño sembrado moviéndose con el viento y dejando caer los nidos que más tarde recogeríamos y yo me entretendría observando las avecillas no desarrolladas, no nacidas.

Y luego tomar la bicicleta, sentarme atrás y seguir las instrucciones: Agárrate bien y no bajes los pies. Era divertido, era inteligente, lo hacía bien pero era niño y era curioso. Bajé el pie subiendo el puente de San Juan y la bicicleta se detuvo. Mi pié atorado; yo, llorando y gritando. Con cuidado y ayuda de otro señor lograron zafar mi pié de la rueda. Ahora lo sentía entumecido y caminaba, o sentía que caminaba, como un lisiado. Al menos eso valió ir a una dulcería… ya saben… para que al niño se le olvide lo que pasó.

Regresamos con bicicleta, material para más zapatos, dulces y un pié a salvo.

Así quiero recordar a mi abuelo. El "Todo Bondad", el sereno, el concentrado, mi abuelo el zapatero que una vez me hizo unos zapatos que no quería llevar a la escuela, que alguna vez fue a visitarme y me llevó al kínder, el que hablaba de política, el luchador social, el de la bicicleta vieja, el de la gran taza de café caliente, el que le va al "Aclante" y vive en "Panticlán", el bebedor de pulque, el de Santa Julia (sí, oía las leyendas del felino), el rezador nocturno, el podador del árbol más grande en toda la colonia, el esposo de Catalina, padre de David, Miguel, Patricia, David, Sergio, Jorge y Arturo, abuelo de David, Jorge Sebastián, Miguel Ángel, Sergio Amaury, Olivia Abigail, Giovanni, Lizbeth, Angélica, Patricia, José David, Penélope Gabriela, Dulce Alejandra, Lidia, Daniel, Arturo, Miguel, Sandra, Griselda, Adrián, bisabuelo de Lilian Michelle, Fergie Valentina, Alan Yael…

Nos vemos, abuelo… "Pa' vid"

01 marzo 2010

Incertidumbre

Es incierto. No sé qué escribir. Lo que sé que es, es que la vida me está jugando las cartas de manera muy complicada (lo peor en toda mi vida me pasa hoy). Mi familia rota… basta con eso. Basta con ver el sostén de mi familia dejarse caer por el peso de todo para que yo entre en pánico. ¿Qué pasa cuando lo más fuerte de un edificio cede? El caos se apodera de la situación.

En este preciso momento no sé qué pasará. Tengo miedo… mucho. No sé si con las puras voluntades basta.

Y luego mi abuelo…

Temo escribir que no le veo muchas salidas. Creo que su cuerpo al fin comienza a cobrarle todo y hasta lo que no se causó él mismo. Ahora sí: todos los ojos están sobre su situación… no tanto sobre él… y no quiero imaginar que sobre la casa.

En fin, se trata de seguir aparentando que no pasa nada. Para evitar preguntas… para evitar dar explicaciones. Y quitar comentarios de aquí: Lo que menos quiero es que vengan a juzgar lo que escribo o lo que entienden que escribo…

El mundo que se vaya al demonio.

No quiero ser víctima pero ésta vez lo he sido: del sistema, de la puta sociedad. Ahora si me pasaron a chingar.

Es un momento que siempre me decidí a no vivir y que por causas que no están en mis manos estoy viviendo y me siento un tanto traicionado conmigo mismo por permitir, si es que fue previsible, que todo llegara a este punto.

Es incierto lo que viene, me ha derrumbado todo así de golpe…

Solo es una batalla…