14 noviembre 2010

De tu arte a mí arte…

Hoy de nueva cuenta me encuentro con alguien que me pregunta que si no sigo tocando en el café aquél de agosto por acá en la colonia. Y no, no he vuelto a tocar. Por qué, preguntan constantemente, y tengo que dar la explicación del hombre que vive del arte, que nadie cree, y que es soñadora, y por soñadora entiéndase: ilusa, irreal, estúpida.

No me gusta tocar en lugares donde se me obligue a tocar cosas que no quiero tocar porque eso es lo de hoy o porque eso le gusta al público, de hecho, no me gusta tocar para ningún público y cuando lo hago lo hago de manera altruista. Toco con los compañeros de Arte Nativo, toqué en un par de movimientos sociales y lo demás ha sido por gusto en cualquier lado, salvo la última vez en el café, pero no cuenta, porque aquella vez, quise ir porque tenía ganas de tocar canciones comerciales y sencillas y para ver qué tan sencillo era ocuparse de algún puesto así en una zona como en la que vivo.

De por si es raro ver una cafetería por acá, solamente ubico dos en donde caben más de dos mesas, la extinta "Evelia Reyes" y la que sobrevive "Onda Café", que es donde toqué solamente dos viernes por la noche, y bueno, de ahí surgieron muchos comentarios de personas conocidas y desconocidas elogiando mi trabajo (realmente me pregunto por qué me consideran tan bueno y concluyo que seguramente no han escuchado suficiente, y eso que no hay que ir muy lejos de la colonia para escuchar "guitarros" de buen nivel y del mismo estilo, pero que no salen mucho o salen a otros lados a intentar vivir de ello).

También tengo que lidiar con algunos compañeros a los que sutilmente mando a volar cuando intentan juzgar el que no intente capitalizar mi afición por la guitarra y la música: "¿o qué, me vas a decir que vives del arte?" Y se echaba a reír uno de ellos.

Idiota, pensé dentro de mí.

No sé si es muy difícil de entender algo así de sencillo: Me gusta tocar la guitarra, toco cuando quiero y donde quiero, puedo tocar en un negocio y cobrar por ello pero eso me lo gasto de inmediato en satisfacer mis banales placeres. Y ya.

Bueno, por lo mientras seguiré lidiando con aquellos casos…

Gracias a quienes me conocen en éste sentido.

Próximas presentaciones, $2,500 la entrada en…