En una ocasión me fui de paseo a la marquesa con unos amigos, yo no tenía ganas de ir porque estaba todo crudelio y con sueño, pero fui. El paseo fue de lo peor, habían dicho que se iban a disparar el almuerzo y las cheves, pero a la mera hora, nada de nada, además nos fuimos por separado y en mi grupillo se perdió el "guía" que nos llevó por un largo camino al rededor de un cerro, por caminos lodosos, perros muertos, estiércol por todas partes y caballos que atropellaban a la gente. Pero al final, llegamos. Estando en el lugar prometido, unos sacaron un balón de americano y empezaron a lanzar entre ellos, de pronto, un amigo pasó frente a mí mientras el balón volaba directo a mi cara, no me golpeó, jajajaja, pero mi amigo intentó inteceptar el pase pasando frente a mí, como decía, de mi izquierda a derecha... entonces en mi cabeza se hizo una especie de pausa como de un segundo que parecieron como 10, pues pude ver claramente a mi amigo, al balón viniendo a mi rostro, un auto estacionado a mi izquierda, un cerro como a unos 200 metros delante de mí, una pareja caminando a lo lejos, un niño volando un papalote a mi derecha como a unos 50 metros, en fin, todo lo ví claramente y aún tengo la imágen en la cabeza. ¿Será que lo tengo tan claro porqué esta imágen ya se había repetido? Pues justo en el momento en el que recibí el balón con las manos, no con la cara, me quedé como que recordando, pensando... y dije... "Esto ya lo había vivido". "DEYABUUUUUÚ". El resto del día fue de lo peor, desearía no haber ido esa vez, pero al final concluí que había ido a ese viaje para reencontrarme con mi "Yo" que ya había ido a la marquesa. Si ya había ido mi otro "YO" ¿porqué no me dijo que iba a estar así de feo aquél día? Se pasa... Pero bueno, así pasan a veces esos extraños sucesos.
Sueño infinito de Pao-Yu
Pao-Yu soñó que estaba en un jardín idéntico al de su casa. «¿Será posible», dijo, «que haya un jardín idéntico al mío?» Se le acercaron unas doncellas. Pao-Yu se quedó atónito: «¿Alguien tendrá doncellas iguales a Hsi-Yen, a Pin-Erh y a todas las de casa?». Una de las doncellas exclamó: «Ahí está Pao-Yu. ¿Cómo habrá llegado hasta aquí?». Pao-Yu pensó que lo habían reconocido. Se adelantó y les dijo: «Estaba caminando; por casualidad llegué hasta aquí. Caminemos un poco». Las doncellas se rieron: «¡Qué desatino! Te confundimos con Pao-Yu, nuestro amo, pero no eres tan gallardo como él». Eran doncellas de otro Pao-Yu. «Queridas hermanas», les dijo, «yo soy Pao-Yu. ¿Quién es vuestro amo?». «Es Pao-Yu», contestaron, «sus padres le dieron ese nombre que está compuesto de los dos caracteres: Pao —«precioso»— y Yu —«jade»—, para que su vida fuera larga y feliz. ¿Quién eres tú para usurpar ese nombre?», le reclamaron y se fueron riéndose.
Pao-Yu quedó abatido: «Nunca me han tratado tan mal. ¿Por qué me aborrecerán estas doncellas? ¿Habrá de veras otro Pao-Yu? Tengo que averiguarlo». Poniendo manos a la obra, llegó a un patio que le pareció extrañamente familiar. Subió la escalera y entró en su cuarto. Vio a un joven acostado; al lado de la cama reían y hacían labores unas muchachas. El joven suspiraba; una de las doncellas le dijo: «¿Qué sueñas, Pao-Yu, estás afligido?». «Tuve un sueño muy raro. Soñé que estaba en un jardín y que ustedes no me reconocieron y me dejaron solo. Las seguí hasta la casa y me encontré con otro Pao-Yu durmiendo en mi cama». Al oír este diálogo, Pao-Yu no pudo contenerse y exclamó: «Vine en busca de un Pao-Yu; eres tú». El joven se levantó y lo abrazó gritando: «No era un sueño; tú eres Pao-Yu». Una voz llamó desde el jardín: «¡Pao-Yu!». Los dos Pao-Yu temblaron. El soñado se fue. El otro le decía: «¡Vuelve pronto, Pao-Yu!».
Pao-Yu se despertó. Su doncella Hsi-Yen le preguntó: «¿Qué sueñas, Pao-Yu, estás afligido?». «Tuve un sueño muy raro. Soñé que estaba en un jardín y que ustedes no me reconocieron…».