Un grano de arena, un suspiro que se pierde y se entremezcla, una hoja seca cae al piso, una hormiga pisoteada por un niño, el niño llora, uno aquí, otro es el vecino, mejor la vecina, allá va unas horas, tiene un segundo, como la luz que viaja fugaz, miro el cielo, es de noche, pienso de nuevo: no pasa nada. En la esquina hay otro muerto, una bala, otra bala, un niño fue esta vez, por una llanta, ¿un chofer ebrio? ¿Culpable o inocente?, siento náuseas al pasar, cerca está el puesto de tacos, que bueno que no desayuné, me duele el pie, otro gol, otra vez partido perdido, me duele el pie, descanso, comento, almuerzo, salgo a la calle, el viento fresco ¿solo yo lo siento? ¿Mañana que será? Regresan pensamientos, banalidades, hay que ir al trabajo, son las 4, ¿y luego qué? Un chisme, otro chisme, una sonrisa, el niño grita, pensamientos confusos, quince por siete, siete por cinco... siete por uno... no me sale, de nuevo, estas equivocado me ha dicho, reviso, no importa haber fallado, recalculando, ¿después qué? He concluido: que cansancio, me duele la cabeza, me siento mareado, recuerdo: sonidos bizarros, polifonías callejeras, un perro, la mujer, la chica, su novio, peleando, otra vez, que suerte ¿Por qué yo? ¿Por qué a mí? Porque te quiero y no me voy, pero eres..., pero tú..., ¿para qué pelear cuando se pueden...? regreso a casa, dos de la mañana, miro al cielo, un grano de arena, un suspiro que se pierde y se entremezcla y jamás regresa igual, una estrella muerta de la cual solo recibo su impulsiva luz, otra hoja cae al piso, el niño asesino y el asesinado viajan al pasado, como esta idea, además ¿qué hago aquí? Como todo lo demás, si no estoy, da igual.