Ojalá, la mística diosa viniera a saludarme, pero no se trata de ello.
Comenzó, desde hace unos meses, a circular por mi colonia el autobús de pasajeros de la Red de Transporte Colectivo (RTP) del programa "Atenea", en el que se prescinde del sexo masculino (a menos que vaya acompañado de su señora madre y sea, este hombre, un niño) para ser, dicho autobús, de uso exclusivo de mujeres.
Jamás pensé que este programa llegaría a estos rumbos de la ciudad.
Desde que inició la campaña de "Atenea" impulsada por el gobierno del Distrito Federal, me sentí ofendido, insultado, sobajado, impotente y también me sentí decepcionado por tal proyecto, por mi ciudad y por la sociedad mexicana.
¿Cómo es posible que exista algo como esto? En pleno siglo XXI, cuando los problemas internacionales (tambièn nacionales) más importantes son que el terrorismo, que el calentamiento global, que la guerra en medio oriente, que la crisis, que la influenza, que como habremos de llegar a vivir en la luna, etcétera; surgen este tipo de ideas que tienen como base el crear una conciencia sobre la problemática de género en la población.
Actualmente vivimos en una sociedad más equitativa en cuanto oportunidades se refiere, sin embargo, existe una gran marginacion dentro de la convivencia cotidiana. Es cierto que la sociedad necesita crear normas que mejoren dicha convivencia, pero ¿Creando rutas de transporte exclusivas para mujeres? ¿por qué no para hombres? ¿porque a nosotros no nos tocan las manoseadas en el metro o autobuses? ¿porque nosotros aguantamos más y mejor los empujones? ¡Por favor! No entiendo, en profundidad, la idea de este programa, solo sé lo que ocasiona es un resago en el civismo, que de por sí está por los suelos, y remarca con nuevas tintas la discriminación. Lo veo como si le dieras a un perro de comer cinco huesos cuando el veterinario te ha dicho que solo le des croqueta; el perro se enferma del estómago, y como eres necio y crees que el problema es la cantidad de huesos, ahora le das solo uno o dos, pero el animal sigue enfermo. ¿Veterinarios, son los que necesitamos para sanar de la falta de cultura?
Es cierto que las mujeres siguen siendo manoseadas en el metro, insultadas, etcètera, por los hombres. Tambièn es cierto que viajan peor que nosotros, en el metro, cuando usan los vagones exclusivos de mujeres. Es decir, que ni entre mujeres se entienden. Ni las feministas tienen idea de como resolver esta problemática, y muchas de ellas solo se dedican a insultar al género masculino. Reconozco que hay demasiado macho por ahí. ¿Qué se hace entonces? ¿Sacamos, los hombres, nuestro autobus en un porgrama llamado "Baco"? ¿Dónde está el problema?
No creo que la solución sean este tipo de programas civiles (mucho menos cuando son propuestos por un imbècil que tenemos como gobernante), ni tampoco es ponerse a gritar consignas uno contra otro, ni mirarnos feo por ser tal o cual. Creo en la igualdad, la procuro profesar y practicar aunque a veces pueda parecer uno descortés. Porque hay que decir que hay mujeres que aprovechan su rol de "dama" para ejercer "fuerzas místicas" para hacer que los hombres cedan ante ellas. Creo también que hay que cambiar la concepción de los términos de "caballero" y "dama", porque ambos parecen estar más apegados al Manual de Carreño que a la modernidad que nos alcanza y nos rebasa en muchos aspectos. Dejar de justificarnos en nuestra actitud por ser "mexicanos", o "mexicanitos", o "un país tercer mundista", o "jodidos" o lo que sea. Cambiar eso. Y solo existe una manera de hacerlo, que es la solución y el problema de todo. Señoras y señores, hace falta: EDUCACIÓN.
Así, con mayúsculas.
Eso opino...