13 septiembre 2009

Diez para las tres de la mañana

Diez para las tres de la mañana. Platico con Mextli por el msn. Nada más allá de algunos rencores lanzados con astucia; recuerdos lejanos (recuerdos de ella); una invitación a una fiesta; hablamos de cambios... las personas no cambian; me lanza a Aristóteles; respondo con Platón; en estos días, prefiero andar así: Platoneando...; me vuelo mayéutico haciéndole suponer que sabe que no es verdad que no hay cambio; gano en cierto modo, traduzco: "por dentro se cambia"; luego viene la replica: "pero uno deja de ser"; y pasamos a la historia ¿o debe ser: Historia?; recordamos... recuerda ella; solo recuerdo su nombre y cómo llegar a su casa, por donde fui hace no mucho a una fiesta; me reclama el no haberla invitado; ahora la invito a otra; no, no habrá cultivo esta vez, ja, no te dejaré plantada; digo una cosa, otra, contesta, cambia, pero cambia de mensajero, cambia de risa, los griegos se han ido, el ruido también; por aquí todavía hay fiesta; recuerdo hablar de una cueva, caverna, hombres atados, salir de ahí... Las desvariaciones de cuando comencé a escribir; al diez para las tres de la mañana.