12 febrero 2008

La cocainómana

Era una cocainómana consuetudinaria que le entregó su alma a la voluptuosidad para vivir gozando una vida imaginaria y no sufrir viviendo una vida de verdad. La conocí una noche de lúbricos placeres en una burda infecta de un trágico arrabal, ella era la elegida entre todas las mujeres sensuales y lascivas del dios del bacanal. No quiero más cocaína, no me quiero envenenar. Yo quiero vivir, Celina, sufriendo la vida real. No quiero coca que me sofoco a mí la coca, mamá, me pone loco. Que es gozar un sufrimiento el sufrimiento es el goce, cuando más grande es el goce mayor será el sufrimiento.