Quien inventó la palabra "libertad" debió estar tirado en un sofá solitario y rodeado de cuánto le placía. Lo imagino de esta manera porque así estaría yo si no tuviera preocupación alguna, pero... ¿qué tienen qué ver las preocupaciones con la libertad? Pues, estamos sujetos a ellas y eso no nos hace libres.
Esta palabra ha caminado hasta llegar al libertinaje, que es a mi modo de ver, la esencia de la libertad, eso de estar despreocupados del mundo haciendo lo que queremos a diestra y siniestra, eso llamo yo libertad, no libertinaje. ¿Entonces la libertad no existe? Claro que no. Esa utopía del hombre, soñada por muchos, no existe; siempre estamos sujetos a algo, pero hay de riendas a riendas. Uno que es normal, por ejemplo, vive sujeto a una familia, a un trabajo, a una escuela, a un compromiso, a una novia, a cualquier cosa que puedan imaginar ¿pero que hay de aquellos cuya única cuerda que les sujeta es la de sobrevivir y aún así se sienten plenamente felices?
"FAQUIRES EN EL METRO"
Dentro de una patrulla se conocieron; ambos fueron detenidos por la misma falta y compartieron 24 horas de encierro en los separos. Al salir de ahí, Sergio "El Checo", invitó a Éric "Bin Laden" al lugar donde vive; un sitio donde "no hay preocupaciones, ni presiones, donde eres libre y lo que hagas no le importa a nadie"... así es la calle.
Éric aceptó dejar todo para buscar esa libertad. Ambos recorren los vagones del Metro capitalino trabajando de "faquires", donde los vidrios son su herramienta indispensable, pero también es el arma que les marca el cuerpo a cambio de unas monedas, "es más chido que te salga un poco de sangre porque así te dan hasta 10 varos", expresa El Checo, mientras rompe botellas que recogieron de cualquier bote de basura.
Cuando entran al vagón dejan caer el pedazo de tela que contiene los vidrios sobre los que se recostarán y uno de ellos empieza a explicar a la gente por qué hacen esto y lo que necesitan, pero sin olvidar hacer una recomendación antes: "Si usted tiene hijos, recuerde, no golpes, no maltratos, no insultos, para que ellos el día de mañana no salgan a la calle, porque la calle se sufre hambre, ríos, maltratos, peleas entre pandilleros, mal admiraciones de la gente y muchas cosas más".
Seguramente El Checo y Bin Laden sufren todo esto, pero a fin de cuentas ellos dicen ser libres.
"(En la calle) no hay preocupaciones ni presiones, donde eres libre y lo que hagas no le importa a nadie".
Sergio "El Checo".
Faquir Urbano.
De algún modo siento envidia por esa libertad que dicen sentir, pero no cambiaría mis comodidades hogareñas y citadinas por esa libertad; y me pregunto: ¿Esa es la verdadera libertad? ¿A costa de qué?