19 noviembre 2006

No recuerdo.

No sé que edad tengo, ya perdí la cuenta. No sé que hago aquí, creo que ésta es mi casa, o al menos, eso me dicen de repente mis hijos; mismos que veo y no recuerdo sus edades. Parece que amanecí y ya no podía ver ni escuchar bien. A pesar de todo, no siento ninguna prisa por hacer algo.

Pocas horas después de que amanece, me despiertan y me piden que me vista para bañarme y después ir a almorzar, y si no sigo lo que ordenan, regresan a pedirmelo con más violencia. Veo sus rostros y se me hacen conocidos. Me baño, almuerzo y voy al patio a sentarme por alrededor de cinco horas, por que después me llaman para ir a comer. Después de intentar saborear la comida, voy a la sala a leer los labios de los actores de televisión que aparecen en las telenovelas más concurridas, o veo un partido de fútbol, eso, si es día de suerte. Después de ver las televisión, y sólo verla, me llevan a mi cuarto para pasar la noche. Y todo se repite, una y otra y otra vez.

Y no siento prisa de nada.

Ya no recuerdo cuando fue que mis piernas dejaron de hacer caso a mis impulsos, o cuando se tornó más arrugada mi piel, o cuando fue que dejé de ver a mis hijos, u olvidar sus nombres. No recuerdo, no me apura, solo tengo ganas de ir a dormir.

Quisiera regresar a los tiempos en que solo había terrenos solitarios alrededor de mi casa, y un río del cual se podía ir a pasear, de eso si me acuerdo, lo demás, no me apura.

Ya no sé que es de mí, no sé que pasará, estoy dispuesto a lo que venga. Siento las pisadas frías atrás de mí cada noche, de la muerte que me ronda, me vigila, me platica sus jornadas, pero no me lleva. ¿Por qué no me lleva? ¿por qué me visita tanto?

Hoy fué un día como cualquier otro, desayuné algo, no recuerdo que era; lo mismo me pasa con la comida y la cena, sé que hay que comer por que siento eso que se llama: "hambre".

Ahora estoy en mi cama,acostado, y escucho... ¿escucho?... ¿qué pasa?... estoy moviendo mis pies, siento los pasos de siempre, de cada noche, pero no siento frío... ahora me acuerdo de todos mis hijos, de sus nombres y de mis nietos... ¿por qué me acuerdo de todo? ¿por qué no siento frío? ¿será que ya ha llegado el momento de recordar? ¿por qué ahora? ¿qué está pa...