01 noviembre 2006

Nota personal

Vaya 1º de Noviembre

Nota personal:

En el trabajo fue un día muy pesado. Después de discutir con la jefa, se vienen muchos problemas que cuesta trabajo resolver; no por esto los delegaré a otros horarios.

En fin: tiempos de metamorfósis completa y urgente en mi mente. Pruebas nucleares sobre el terreno disparejo de la conciencia se planean. Ataques aéreos e inminentes sobe los campos frondosos y vivos de mi razón se avecinan. Un cambio radical podrá ser o talvez un embellecimiento del cerebro.

Terminada la jornada, pasé mucho rato molesto, pero decidí intentar aparcar esos pensamientos. Fue entonces que comenzó una charla entre cuatro maestros presentes, uno de ellos: Yo. Comenzó la charla trascendente y escalofriante con el relato de una maestra que contaba que en su otro lugar de trabajo un joven de 16 años cayó desde un segundo piso conectando su cabeza con el asfalto. El joven sufrió espasmos y fue llevado en ambulancia. El pronóstico: La muerte.

Hace algún tiempo, comentaba otra persona, en mi otro trabajo una niña jugaba volleyball en el patio durante el receso, se lanzó de frente y abajo. Cuando cayó al suelo, no se levantó. Fue llevada a la enfermería donde tiempo después (solo unos pocos minutos) fue declarada: muerta.

Un par de horas más tarde, la madre de la niña llegó , fue difícil comentar esa situación; sin embargo, al enterarse de la muerte de su hija, la madre comentó que días antes ella había tenido un accidente donde la joven golpeóse la cabeza bastante fuerte, sin embargo no recibió la atención médica debida. La autopsia reveló que debido al golpe que había recibido, se le había formado un coágulo en el cerebro, mismo que fue a parar al corazón. Era cuestión de tiempo el que causara un efecto mortal en la joven estudiante.

Siguieron un par de comentarios similares, sobre muertes repentinas de personas, y mientras escuchaba todos esos relatos, se me estremeció la piel y sentía un frío no muy acogedor. Me impacta escuchar ese tipo de situaciones ya que las imagino de una forma tremenda, tanto que siento estar presente en el lugar de los hechos... ¡Vaya forma de conmemorar estos días de muertos!

Paréntesis: Alguna vez platiqué con alguien que tenía problemas por que había quienes le decían fea, que era tonta, etc. Siendo que es una persona bonita y más lista que muchos que conozco. Le dije que debía olvidar o hacer caso omiso de esos comentarios ya que le traerían nuevos problemas. Oyó (ó ¿escucho?) lo que le dije. Fin del paréntesis.

En fin... ha pasado gran parte de todo.

Cuando creo que todo va mal, siempre surge la esperanza... Hoy se me apareció con nombre de persona y no pienso publicarlo por privacidad. Sin embargo, ella me comentaba como le había ido el día de hoy, caminaba por un pasillo y le halagaban con chiflidos, algunas personas le envidiaban diciéndole que su atuendo era feo. A mi me pareció encantador.

Después de comentarme todo esto, me dijo que me agradecía el comentario que le había hecho sobre dejar a un lado ese tipo de comentarios ya que descubrió que no era reelevante lo que decían de ella (hablando de insultos y cosas así). Creo que algunas personas necesitamos unas palabras sencillas para realizar un cambio importante.

Llamo a ésta persona: "esperanza" por que creo, primeramente, que la esperanza es esa lucecilla que te dice: "¡Aquí hay una salida!" cuando ya no crees ver ninguna. Y en segundo, por que me hizo ver que el tiempo usado en trabajo de mi parte para ella y muchos más, puede dejar algo de bueno de por vida. Siento que he dejado algo bueno en alguien (después de ver que he dejado mucho malo en varios también).

Hoy fue un día pesado, terminé sintiendome aliviado por la esperanza que me iluminó. ¡Vaya forma de conmemorar un 1º de noviembre! en el que sentía que podía estar como otros: muerto en vida (Claro, temporalmente, ya que no lo veo de modo tan dramático. Siento que todos pasamos días así).

Dedicado, con gran estima, a esa "esperanza" que me dió a aprender de ella el día de hoy. Todos aprendemos de todos, es parte del ciclo del saber.