Le pregunté a mis hermanos si querian ir al desfile y dijeron que sí... Ya no podía echarme para atrás...
Allá voy con mis hermanos al zócalo, a ver pasar un montón de soldaditos cantando o tocando, también los aviones y helicópteros, algunos del año de la canica, otros un poco más recientes, la gente aplaudiendoles, otros gritando "vivas" al ejército, unos pocos mentando madres a los mismos, dos que tres gritando en contra del gobierno, la mayoría callando esos pocos, helicópteros en la plancha cuidados por militares armados que al tiempo que resguardan el móvil saludan y se toman fotos con los niños y adultos, caballos desfilando con un pelaje brillante y con peinados tricolores, niños, muchos niños maravillados con las balas de los autos armados y que pasan la medida estándar de una mano de adulto promedio, el sol dejando caer sus rayos con toda la fuerza posible, uno que otro deshidratado que tiene que ser llevado a la sombra por paramédicos, las señoras que venden aguas y comidas redoblando precios y haciendo su "agosto" en 16 de septiembre, los locales establecidos en su mayoría cerrados, las campanas de la catedral haciendo sonar en vano sus campanas para hacer saber de la proximidad de la misa, yo, con el sueño presente, cumpliendo 24 horas sin dormir estando en la plancha del zócale, después de la fiesta del 15 se siente un poco la resaca, cargando en los hombros a uno de mis hermanos y acercandome lo más posible al pasar de los militares, solo para que él pudiera ver claramente, con hambre, sed y un dolor en la espalda que se hacía cada minuto más fuerte, ilustrando un poco a los pequeños para que sepan que es lo que ven pasar volteando al cielo cada 5 minutos para ver las aeronaves camuflageadas y viendo a lo lejos, muy a lo lejos al presidente con todos sus "arrimados" en los balcones de Palacio Nacional en fin...
Se acercaron a mi mente muchas cosas acerca de la sociedad actual, del gobierno actual, muchas malas cosas que me hacían sentir como si no quisiera estar presenciando todo eso, pero después se hizo claro y presente la emoción que sentían mis pequeños hermanos al ver todo eso y me dejé llevar por la misma, maravillandome por todo aquello que para ellos era nuevo e increíble. Hoy me dijo uno de mis hermanos: -"Estuvo padre el desfile ¿no?"- y yo contesté: Sí, ver pasar un montón de soldaditos cantando o tocando, también los aviones y helicópteros, algunos del año de la canica, otros un poco más recientes, la gente aplaudiendoles, otros gritando "vivas" al ejército, unos pocos mentando madres a los mismos, dos que tres gritando en contra del gobierno, la mayoría callando esos pocos, helicópteros en la plancha cuidados por militares armados que al tiempo que resguardan el móvil saludan y se toman fotos con los niños y adultos, caballos desfilando con un pelaje brillante...