06 enero 2012

6 de enero


Nos encontramos, como casi siempre y esta vez tu tomabas mi mano. Fuimos a comer y platicábamos de cualquier tontería; luego salimos de ahí. Estábamos cercanos, rozabas tus brazos con los  míos, nos mirábamos y no aguantabas mi mirada; juntamos nuestras frentes, cerramos los ojos, tus brazos entretejiéronse con los míos y tus dedos buscaban mis manos que ya te esperaban, tu mejilla pedía mis labios y éstos obedecieron; tu cuello, mis manos ya atraparon las tuyas y nos abrazamos de tu cintura y mi hombro al mismo tiempo, mis labios pidieron los tuyos, pero estos piden más sacrificio; te sujeté más fuerte para no dejarte escapar y solamente así tu boca respondió intensa a mi solicitud suave; recibiste mi beso con tus dientes que apretaron casi hasta hacerlos sangrar. Sí, son tuyos mis labios y mis manos y mi cintura, mi voz, mis ojos, mi compañía y este sueño donde estamos, dijiste. Y desperté.


Al menos así fue en este sueño que recibí de regalo, en este año. Supongo que me porté algo bien.