18 abril 2007

2do. Trauma: Una mujer

Existió uma mujer, o mejor dicho: existe, o mejor dicho: existió en mi vida una relación amorosa que disfruté mucho y que me dolió tanto (todavía me duele), que se ha vuelto extraño todo lo que ha pasado a partir de que terminamos, todo es traumático.

Pero ¿por qué estoy aquí escribiendo acerca de esto? Primeramente por que es un trauma mío, y por lo poco que lleva la encuesta en cuanto a participación se ve una clarísima tendencia a el placer que sienten los mirones del blog para saber de mis penas y cosas por el estilo, es decir, la mayoría ha decidido que hable más de mis traumas (empiezo a arrepentirme de esa encuestita por que esto de los traumas me es complicado y obviamente represente mostrar crudamente una realidad que he querido "esconder" por mucho tiempo); la tercera causa de esto es que en esta semana se ha presentado en la Ciudad de México Silvio Rodríguez, que como varios saben, es un trovador al cual adrmiro demasiado; en fin, hay una canción de el que se titula "Judith" y bueno, la escribiré al final. El punto es que esa bendita canción me recuerda a esta mujer, que no se llama Judith pero bueno, da igual, ahí va un poco del cuento.

Pues resulta ser que esta mujer, sí, sí, yo la quería demasiado, mucho, mucho y etcétera, etcétera, de pura y mucha casualidad la fui conociendo el día de su cumpleaños, la ví y fue extraño por que para eso de "ligar mujeres" soy malísimo, nunca tengo idea de que decir, pero todo aquí fue distinto. Comenzamos a salir y la acompañaba a muchos lados, en fin, todo muy lindo y bla bla bla.

Todo marchaba bien, todo parecía inacabable, como esos bellos cuentos con colores pastel y canciones pegajosas, cursis y demás, y para colmo, ahí está el Itaka con su guitarra tocando canciones para la dama.

Todo pasó y pasaba bien, muy bien, como nunca antes, era una de esas parejas con las que te puedes entender con tan solo mirarla fijamente, una de esas con las que no necesitas muchas palabras para decir desde lo más sencillo a lo más complejo. Ahora es cuando el lector se pregunta: ¿Por qué demonios este tipo no escribe que la verdad la quería o la amaba mucho mucho?

Y bueno, tiendo a darle vueltas a estos asuntos del corazón, no tengo idea clara del porqué, de algún modo, con la suposición que hago que se supone que hace el lector (valga la rebusnancia), he dicho eso que sentí por ella por largo rato.

Lo curioso de todo es que así como de curioso empezó todo (recordemos que de pura suerte yo la conocí el día de su cumpleaños), así mismo terminó, el día de mi cumpleaños.

Ahora es cuando el lector pregunta: ¿Y cómo terminó todo?....... Eso es todavía un misterio para mí.... no, la verdad, eso no lo contaré, que les importa, jajajajajajajajajaja.....aaahhh si, mucha risa.....

No correguirè lo herrores ortogrhaficos...

Ahí va la canción:

Judith (Silvio Rodríguez) No puedo dejarte de ver arañando el silencio con tus ojos tratando de decir algo que las palabras nunca hubieran dicho mejor. Aquella mirada era el resumen de la noche posado en tus ojos con su lluvia, su viento y tu miedo al mar y aquel sueño que te conté. No puedo dejarte de ver describiendo una estrella descubierta por mí en tu erótica constelación que no cabe en los mapas del cielo. Tu mano dibujando en el aire era capaz de ponerle colores al espacio vacío que se llenaba con la luz de la estrella brillante. Cuida bien tus estrellas, mujer cuida bien tus estrellas, cuida bien tus estrellas, mujer cuida bien tus estrellas. Cuida bien tus estrellas, mujer. No puedo dejar de decir que hay idiomas perfectos por descubrir y que son olvidados frecuentemente en el tedio del tiempo y hay que buscarlos, porque los barcos y las piedras tienen abecedarios mejores para demostrar que son bellos sencillamente sin palabras o esquemas. No puedo dejar de decir que esta triste canción a tu lado oscurece que quizás este sea el último misterio que mirarán tus ojos nacer de mis manos, pues es tarde quizás para mí y Caín me ha marcado sobre la frente pero quiero alertarte de un gran peligro y quisiera encenderte esta frase en la mente. Cuida bien tus estrellas, mujer Cuida bien tus estrellas Cuida bien tus estrellas, mujer y que nunca las pierdas. (1969)