Me fastidiaba escucharte todo el tiempo diciendo que nunca iba a a poder, que yo no servía de nada, que era gordo y muy muy pesado, que no tenía caso que existiera en esta naturaleza. Todos los días tu resplandeciente belleza iluminaba el verde pasto y en las noches tus tonos azules, producto de la luz de la luna, me recordaban que algo distinto y pequeño no podía ser menos bello en este planeta.
Recuerdo la última vez que caminé a la orilla del río para beber un poco de agua, tu estabas donde siempre (algo que nunca olvidaré es que te quedabas en el mismo lugar todos los días), extendida en lo más alto y viendo al sol. Pasé junto a tí y comenzaste a reír.
-Simplemente, no llegarás a ser algo, vivirás arrastrándote como hasta ahora, mejor acostumbrate.- Me dijiste mientras pasaba. No hice caso ya que tenía mucho sueño.
Una vez saciada mi sed, caminé de regreso a casa, no pude escuchar tus burlas, era tanto mi cansancio y mi sueño que no perdía la mirada del sendero, temía no llegar a casa a tiempo. Cuando por fin arribé, algo comenzó a pasar a mi alrededor, pero no logré comprender jamás por que me sentía envuelto en algo, como una tela suave... calientita... muy suave... Caí dormido.
Un día desperté tranquilo, ligero, con ganas de estirar las patas y cuando lo hice, no me reconocí. Salí de casa y sentí que mi andar era más ligero, pasé junto a ti y parecía que no querías decirme nada, me miraste y no hiciste nada, después trepé con ansías el árbol más alto y desde una rama decidí saltar, era tan ligero como el viento que me llevó lejos de ahí entre las nubes, atravesando océanos y tormentas feroces, a otras tierras donde conocí a muchas más como tú, tantas y tan coloridas; debo confesar que hay algunas más lindas que tú, pero no me importa por que a la única que quiero y recuerdo es a ti.
Hoy que estoy tan lejos de casa, quisiera decirte que te extraño a pesar de haberte burlado por tanto tiempo de mí, lástima que tengas que vivir sujeta a la tierra y no puedas ver todo lo que yo he visto.
Después de mucho tiempo regresé a casa y la pude ver tirada, casi seca.
-Hola- Te saludé con tristeza.
-¿Quién eres?-preguntaste.
-El que jamás podría dejar de arrastrarse.
¿En serio? Ya veo como cambian las cosas, hacía mucho tiempo que no te veía ¿dónde has estado?
No lo sé, son tantos cielos, montañas, mares y continentes, que memorizar sus nombres me es imposible.
-¿De verdad? ¿y cómo es todo eso?
-Simplemente es maravilloso ¡he visto a muchas como tú! y debo decirte que hay algunas más altas y con más colores, colores que hacen que la mirada se volteé y pienses que la estrella mas vistosa está frente a tí.
-Debí imaginar que habría alguna más hermosa que yo, pero ahora es tarde para poder posarme ante los ojos lugareños. Tu también te ves viejo ¿eh?... todo se acaba algún día mi amigo. Imagino que eso que me cuentas debe ser como lo dices: simplemente maravilloso.
Ambos quedamos en silencio un momento, ella respiraba con dificultad.
-¡Llévame al cielo- me dijo -y déjame caer desde lo más alto!
-Pero...
-Voy a morir en poco tiempo y quiero sentir por una sola vez lo que se siente ser batido por el viento... ¡por favor!
Con cuidado y con mucho esfuerzo la levanté y me elevé tan alto como pude. El sol se estaba poniendo y el viento era tan fuerte que apenas podía sostenerla.
-¡Falta poco!- me dijo, al mismo tiempo que yo esperaba la ráfaga más fuerte para dejarle ir -¡ahoooraa!- gritaste, y te solté. Solo pude verte deshojar con violencia y regarte por todas direcciones junto al viento, alejándote más y más... ¡Sabrá el sol a donde fuiste a parar!
Finalmente, regresé a casa para pasar mis últimos días junto a mis hijos y aunque no lo creas veo a los tuyos crecer camino del río; de vez en cuando miro como pelean y juegan: "Nunca serán algo, ustedes vivirán arrastrados toda su vida, mejor acostumbrense... Y ustedes vivirán siempre atadas a la tierra sin poderse mover ni siquiera por algo de agua" se dicen todo el tiempo. Yo ya estoy viejo para controlarles, simplemente me río un poco, recuerdo con alegría los días que viví eso junto a ti y me quedo afuera, sintiendo en el viento como si el sonido de tu voz pasara junto a mi.
El sonido de la voz de otros
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